27.1.09

Podría el IMSS recibir cuarta ambulancia


Por: Sandra Hinojosa, Martes, 27 de Enero de 2009

Todas las ambulancias están en uso, tanto dentro de la ciudad, como las que se utilizan para hacer traslados a Monterrey y, aunque menos frecuentemente, a Reynosa, y, de manera ocasional, a Tampico

NUEVO LAREDO.- El Hospital General de Zona número 11 del IMSS en Nuevo Laredo espera recibir en marzo una nueva ambulancia, que se sume a las tres que dan el servicio actualmente.

Las ambulancias de las Unidades de Medicina Familiar (UMF) 76 y 78 se encuentran en funciones normales, tanto para traslados locales como foráneos de los derechohabientes del IMSS, al igual que la que proporciona el servicio al hospital, dijo Rodolfo Rincón Sánchez, director del Hospital General de Zona número 11.

La semana pasada, dos ambulancias del IMSS fueron reincorporadas al hospital y a la nueva clínica del poniente, después de un mes de haber permanecido en los talleres de una agencia de automóviles sin poder salir por la falta de pago de los servicios de mantenimiento que, finalmente, fueron liquidados por el gobierno municipal.

"Sabemos que hay épocas en las que se viene más demanda; es algo difícil de prever cuando, pero siempre tenemos reservas, y en eso esperamos que se integre la cuarta ambulancia, para marzo, que es el compromiso de la delegación.

Rincón dijo que todas las ambulancias están en uso, tanto dentro de la ciudad, como las que se utilizan para hacer traslados a Monterrey y, aunque menos frecuentemente, a Reynosa, y, de manera ocasional, a Tampico.

23.1.09

Retienen dos ambulancias del IMSS, por adeudos


Desde hace un mes permanecen en los terrenos de la agencia, las dos ambulancias que envió el IMSS Estatal a Nuevo Laredo. (Foto Guillermo Moreno)

Por: Gabriela González,
Jueves, 22 de Enero de 2009
El Mañana

Alfredo Saavedra, asesor de venta de la Agencia Ford Bellavista, explicó que ambas unidades ya tienen un mes varadas en los terrenos de la agencia, en espera de que el IMSS efectúe el pago
NUEVO LAREDO.- Por la falta de pago de 14 mil pesos, costo de la reparación que se realizó a las dos nuevas ambulancias que la Delegación Estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social envió a Nuevo Laredo, es que el Hospital de Zona número 11 y la Unidad 76 no han podido hacer uso de este equipo médico.

Alfredo Saavedra, asesor de venta de la Agencia Ford Bellavista, explicó que ambas unidades ya tienen un mes varadas en los terrenos de la agencia, en espera de que el IMSS efectúe el pago para que puedan llevárselas a las instituciones a las que fueron asignadas.

"El problema aquí es que el IMSS nos pide que les entreguemos las unidades, pero no quiere pagar el costo de la factura de reparación, la agencia no cubre las reparaciones que ellos por fuera le hicieron a cada unidad y es lo que no entienden", señaló.

Dijo que las reparaciones que se efectuaron a las que ellos denominan modificaciones, fue la instalación de luces y torretas, trabajos que dañaron el closter, la pila y la marcha de las unidades.

"Ellos no tenían porque llevar las unidades a otra parte, ahí se dañaron, se trajeron a esta agencia a repararlas, el trabajo se realizó, se compraron las piezas muy difíciles de conseguir por ser de reciente modelo y ahora no quieren pagar, las ambulancias ahí seguirán hasta que no cubran el pago de reparación", advirtió.

Las unidades que el IMSS Estatal envió a Nuevo Laredo, son dos camionetas Transit 2009 con número de identificación 1564 y 1565.

"Cuando llegaron a la agencia no encendían, no les marcaba el kilometraje, no servía la pila entre otros detalles, ya todo eso se reparó, pero si no realizan el pago no se irán y aquí seguirán en la agencia, porque no se las puedo entregar, si lo hago yo tendría que cubrir el costo de reparación", manifestó Saavedra.

"Han estado hable y hable del Seguro para saber cuándo se las entregamos, pero no se las vamos a dar hasta que nos paguen, a menos de que pasara una gran contingencia en la ciudad y fueran muy necesarias las entregaríamos, pero como sólo es política de ellos el no querer pagar aquí van a seguir, ellos ya conocen el procedimiento que debe seguirse no sé porque actuaron así", concluyó el asesor.

21.1.09

Embargan ambulancia a Cruz Roja Cuautla como parte de una demanda laboral



Como si el organismo no tuviera suficientes problemas, un ex trabajador exige el pago de 645 mil pesos por despido injustificado



Por: Job Olivares Estrada
21-01-2009
La Unión de Morelos

Cuautla.- Personal de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA) se presentó a embargar la ambulancia MOR-005, que apenas hace tres meses le había sido donada por su similar de Cuernavaca. Como resultado del laudo, funcionarios de esta representación y el demandante, Pedro Ruiz Sánchez, acompañado por su abogado, Oscar Valle Cid, llevaron a cabo la diligencia, por lo que la unidad de emergencia quedó en resguardo de la administradora de la propia Cruz Roja, Sara Malfabón Murillo.

Al respecto, Valle Cid explicó: "Mi representado fue despedido injustamente, de ahí que él demandó para hacer valer los derechos que consideraba prudente.
Se desahogó el juicio, se dictó el laudo.

"Se les notificó y hasta la fecha no han cumplido, entonces estamos en la ejecución del laudo con un formal embargo a la parte demandada, que en este caso es Cruz Roja Mexicana IAP.

"Estamos requiriéndoles el pago, establecido por 645 mil pesos en la resolución, emitida en el expediente 01/249/06 de la Junta Especial número 2 de la Local de Conciliación y Arbitraje; entonces para garantizar el pago del crédito, la Cruz Roja señaló un par de ambulancias, las que a mi juicio están inservibles y nosotros señalamos para embargo otra ambulancia, que es la MOR-005."

En los momentos en que se desarrollaba la diligencia se presentó un llamado de auxilio; por ello tuvo que salir la unidad señalada, por lo que el abogado externó: "A pesar de que estaba señalado el embargo, la movieron, cuando no debieron de haberla movido; entonces vamos a requerir que la regresen para su evaluación y en su caso el remate".

El abogado ahondó sobre el asunto y estableció: "Sobre ello existió la negativa constante de la Cruz Roja para efecto de llegar a un acuerdo conciliatorio. El juicio se fue en rebeldía, no comparecieron y están resintiendo las conciencias.

A pesar de que el asunto data desde 2006, lo han dejado crecer y no han buscado la solución, a pesar de que nosotros siempre hemos estado abiertos a negociar con ellos. Pero ante la negativa, nos vemos en la necesidad de llegar a estas consecuencias", apuntó.

Por su parte, el demandante Pedro Sánchez Ruiz señaló: "Yo no estoy con la idea de querer afectar a la Cruz Roja, porque sé que sirve al pueblo, yo lo que quiero es recuperar mi dinero, únicamente que tomen el asunto con seriedad, pues una conciliación que nunca han hecho. Siempre tomaron a la ligera el caso y ah’ están las consecuencia que yo creo que las tienen los directivos y no yo, a quien me señalan como culpable".

Tras señalar que ha gastado cerca de 200 mil pesos en copias, pago de abogados y otros más, aseguro que "yo creo que ya gasté más de lo que ellos querían negociar en un principio".

Sobre su despido, recordó que "yo me presenté a laborar después de un accidente que tuve. Me presenté y me dijeron que ya no podía estar. El señor Rubén Apáez Omaña (entonces presidente de la Cruz Roja en Cuautla) le dije que me regresara una sirena y torreta que tenía una ambulancia, por lo que él me dijo que me retirara y si no era demanda de robo.

"Lo comenté con el abogado, nunca quise hacer esta demanda, hasta después de la argumentación de ellos, viendo que no accedían a querer pagar."

Para concluir, remató: "Espero que la gente sepa quién está cayendo en el error".

14.1.09

Los servicios de emergencia del hospital de Gaza sumidos en el caos

UNIVISIÓN
14 de Enero de 2009, 09:03am ET

JAN YUNES, Franja de Gaza, 14 Ene 2009 (AFP) - Los bombardeos se oyen en el hospital de Jan Yunes y minutos después, siguiendo un ritual macabro, las ambulancias empiezan a descargar en los servicios de emergencia a montones de heridos cubiertos de sangre.

Centenares de curiosos llegan al hospital Nasser tras el anuncio de nuevos ataques israelíes contra Juzá, a unos tres kilómetros de Jan Yunes. Por la radio de la ambulancia se escucha el anuncio de que hay varios heridos y muertos.

En el cielo se ven revolotear los drones (aviones sin piloto) del ejército israelí. Se oye otra explosión. "Esa viene del mar", dice uno de los curiosos. "Se están acercando", dice otro.

Los agentes de seguridad a la entrada del hospital gritan, hacen grandes gestos con los brazos, para intentar abrir paso a las ambulancias que no van a tardar en llegar.

"Siempre es así. Todos quieren acompañar a los heridos. Si pudiesen penetrarían hasta el quirófano para ver las operaciones", protesta uno de los miembros de la seguridad, rechazando a la multitud.

Muchos de quienes preguntan por sus parientes se impacientan. "Dijeron que llegaban ¿Tal vez los combates bloquean los socorros?", se interrogan.

De pronto alguien anuncia: "¡Ahí vienen!". Los miembros de la seguridad redoblan sus advertencias. La multitud se agita a medida que las sirenas de las ambulancias se acerca. Una marea humana rodea el vehículo.

Rápidamente, los cuerpos ensangrentados son llevados en brazos o en camillas al interior del hospital. Los socorristas se abren paso como pueden.

Otro vehículo de los servicios de emergencia aparece. Bajan a una joven herida de balas. Detrás de la camilla, con las manos manchadas de sangre, viene el padre llorando. "Dejénme acompañar a mi hija", grita.

En la morgue muchas personas entran y salen. Vienen a identificar a un muerto o a consolar a un amigo que ha perdido a uno de los suyos.

En las urgencias, los médicos hacen lo que pueden con los pocos medios de que disponen. Varias veces al día el hospital se queda sin electricidad. Hay que esperar varios minutos antes de que los generadores tomen el relevo.

"Pese a las dificultades y el pánico los médicos logran salir adelante", dice el doctor Regis Garrigue, médico francés presidente de la ONG Help Doctors, quien llegó el martes a la franja de Gaza a través de Egipto.

Jan Yunes y su hospital viven a ese ritmo frenético desde hace más de dos semanas, en medio de los bombardeos. A pocos kilómetros, la aviación israelí sigue bombardeando la frontera con Egipto buscando destruir los túneles utilizados por el movimiento islamista Hamas para reabastecerse.

En el mar, los navíos israelíes accionan su artillería.

Dentro de la ciudad los daños son importantes pero algunos comercios siguen abiertos. En una calle, los niños juegan al fútbol con un balón hecho de bolsas de plástico.

No muy lejos, como si nada pasara, unos ancianos, sentados en círculo, conversan. El único tema es la ofensiva israelí que comenzó el 27 de diciembre con su cortejo de muerte y destrucción.

9.1.09

Masacre en Gaza: 21 muertos entre el personal médico


20 minutos

Gracias al testimonio de Alberto Arce, el martes informábamos acerca de las trabas impuestas por el Ejército de Israel para que las ambulancias lleguen a los heridos. Y, como en anteriores ofensivas militares en Gaza y en Líbano, de los reiterados ataques contra el personal sanitario.

Estimábamos en seis el número de miembros de equipos médicos que habían muerto. Ayer, en una rueda de prensa, responsables de organizaciones de ayuda humanitaria elevaron esta cifra al denunciar que 21 paramédicos han sido asesinados desde el comienzo del ataque el pasado 27 de diciembre.

Pero no sólo los paramédicos, incluido un integrante de Oxfam, han sufrido bajas. También varios trabajadores de la ONU.

“He perdido la confianza en Israel”, declaró John Ging, director de UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos), en relación al ataque perpetrado ayer por el Tsahal contra un convoy de ayuda que terminó con la muerte de un conductor.

“Nos habían asegurado que a lo largo de los días que estos incidentes no se iban a repetir, y yo lo había aceptado de buena fe debido a nuestro imperativo humanitario”.

No resulta habitual una declaración tan tajante por parte de una agencia de la ONU. Y, menos aún, que esta agencia decida suspender el auxilio que presta a más de un millón de palestinos en Gaza. Hecho que habla de la virulencia y repetición de los ataques que han sufrido sus trabajadores humanitarios a lo largo de los últimos 13 días a manos del Ejército israelí.

Frenar a las ambulancias

Pero más sorprendente resulta aún la acusación lanzada por el Comité Internacional de la Cruz Roja, cuyo compromiso con las víctimas de la guerra y su neutralidad han sido siempre ejemplares.

Esta organización declaró que “los militares israelíes han fallado en su obligación bajo el Derecho Humanitario de cuidar y evacuar a los heridos”.

El incidente al que se refiere la organización con base en Ginebra está relacionado con varios supervivientes de un ataque al barrio de Zeitún. Los bombardeos provocaron una docena de muertos, pero también numerosos heridos, entre lo que se contaban cuatro niños.

Los soldados israelíes, que estaban situados a apenas 80 metros de las víctimas, tardaron cuatro días en dejar que se acercaran los paramédicos. Sabían de la existencia de los heridos, los podían ver, pero una y otra vez les negaron el acceso.

Ya hemos alabado en anteriores entradas el valor de los médicos en zonas de conflicto. En esta ocasión, tuvieron que caminar durante dos kilómetros y llevar sobre sus hombros a las víctimas debido a que no se les permitió entrar con las ambulancias. Los muertos permanecen aún en el lugar.

86 horas de espera

La organización israelí Betselem, se ha sumado a estas acusaciones, y ha ampliado el número de casos de heridos atrapados en sus casas o bajo escombros, exigiendo al IDF que permita el acceso de las ambulancias.

También nos hicimos eco de la denuncia realizada por Amira Hass el lunes en el periódico Haaretz: cinco miembros de la familia A'aiedy, entre los que se contaban dos ancianas octogenarias y tres de sus bisnietos, permanecían heridos en sus casas.

La autora de Drinking the sea at Gaza, a quien tuvimos el honor de entrevistar en este blog, se puso en contacto con la organización Médicos por los Derechos Humanos, que llamó al Ejército israelí para coordinar la evacuación.

En un artículo publicado el miércoles, Amira sostenía que aún no habían recibido ayuda alguna, que se estaban colocando agua y sal en las heridas. Habían pasado 86 horas desde el ataque.

Hace unos minutos, el Consejo de Seguridad acaba de acordar una resolución, con la abstención de EEUU, que exige el fin de los enfrentamientos en Gaza. Sin embargo, Al Jazeera informa en directo que la ofensiva continúa.

De tener éxito la tardía iniciativa de la ONU, esperemos que el Ejército israelí ponga en marcha las investigaciones correspondientes para aclarar responsabilidades en estas violaciones del Derecho Humanitario, y castigar a los culpables. Incluido el bombardeo de una escuela de la ONU que acabó con la vida de 41 civiles.

5.1.09

Los cirujanos, desbordados, tienen que operar en el suelo


Público.es

Los cirujanos del hospital Shifa se han visto obligados a operar en el suelo por falta de quirófanos y material médico. Hasta amputaciones se han realizado sobre el suelo de la sala de espera, una situación que se ya dio el pasado 27 de diciembre, cuando el centro se vio desbordado por el número de muertos y heridos.

En los hospitales escasean equipos y medicinas. Casi toda la actividad, sobre todo la relacionada con los enfermos más graves, se deriva al hospital Shifa, pero algunos casos terminan fatalmente por la escasez de medios. "Cualquier ayuda será bienvenida porque necesitamos de todo. Faltan analgésicos, antibióticos, de todo", apunta el cirujano Ihab al-Hindi.

"Uno de los principales problemas que tenemos es el pánico. Toda la ciudad está aterrorizada y también los médicos. Esta mañana una médica ha resultado herida de gravedad y está ingresada en la UCI", explica al-Hindi.

"Los conductores de ambulancias también tienen miedo. Hace cinco días murió un conductor cuando su vehículo fue alcanzado por una bomba. El médico que lo acompañaba fue herido, ingresó en la UCI y murió dos días después", añade.

"Quienes viajan en las ambulancias corren un grave riesgo cada vez que han de salir. Ponen sus vidas en peligro constantemente. A veces deben esperar horas para llegar hasta los heridos porque en la zona no paran los disparos y bombardeos", concluye.